domingo, 21 de diciembre de 2014

Vuelve por Navidad

La Navidad, también llamada coloquialmente «pascua», es una de las festividades más importantes.

Aparte del origen cristiano de la Navidad, esta fiesta ha ido mezclando su carácter religioso con la tradición de convivencia familiar, debido en gran medida a la popularidad de esta celebración.

Es desde el siglo XIX cuando la Navidad empieza a coger el carácter que tiene hoy día. En ese siglo se populariza la costumbre del intercambio de regalos; llega Santa Claus (con su trineo, renos y regalos); y las personas empiezan a felicitarse estos días con los Christmas. Costumbres que con el tiempo servirían para expandir la Navidad por el mundo dándole un carácter distinto al religioso, y con temas que poco o nada tienen que ver con la tradicional celebración navideña.

Hay un sentido común, un significado en el que todos estamos de acuerdo y es que la Navidad es un festejo de convivencia social y familiar en muchos lugares del mundo.

Parece que la Navidad saca la parte más bondadosa de nosotros, nos anima a dar, sentir, hacer un alto en la intensa y ajetreada vida que tenemos y volver a nuestros orígenes más auténticos. El germen de todo lo que somos.

Son muchas las personas que por diferentes circunstancias tienen que abandonar su hogar paternal para emigrar y seguir con su vida personal Hace ya una década, nosotras decidimos cambiar de residencia. Para seguir con el plan que habíamos elegido teníamos que dejar la comodidad familiar y empezar a vivir de manera más independiente. Épocas de responsabilidad y locura.

Poco a poco, empiezas a echar de menos algunas cosas y comienzas a valorar lo que no tienes. Te das cuenta que tú no eres la misma de antes y que las personas también cambian. Te haces adulta, más responsable y te enfrentas con otra disposición ante la vida. Empiezas a sentir que es una necesidad volver.

Volver a casa, a tu hogar. Disfrutar de recuerdos, vivencias con las personas importantes.

Hay que aprovechar el presente, esta Navidad, porque mañana no sabemos dónde estaremos.

El mejor regalo que podemos hacer es ESTAR, darle sentido a la convivencia con tus seres queridos, compartir recuerdos, sentimientos, regalos y sacar la esencia que tenemos todos y que nos hace diferenciarnos de todo ser vivo, el amor por los que queremos incondicionalmente.

Se acercan fechas de encuentro con la familia, de regreso a casa para aquellos que vivimos fuera y estamos lejos. La ilusión por encontrarnos con los nuestros, por volver a nuestro entorno, por compartir momentos de alegría y prosperidad, de invadirnos por el espíritu navideño, nos embriaga todos.

Nuestra inspiración en estas fechas será el aire fresco de un camino para nosotras muy especial (y para tantos que nos seguís); el sabor de los churros mañaneros; el calor del brasero y las enaguas; el sonido de la tele de fondo esperando a que salga el gordo; la bandeja de polvorones, figuritas de mazapán y bombones; el longlife interminable antes de fin de año; el paseo nocturno con la niebla; y el frío, ese frío que te hace poner una cara tan estirada que no tiene envidia a ningún lifting.

Todo esto nos hace ser nosotras. Sin lugares exóticos, sin nuevas tendencias, dejando el lado más frenético y superficial y poniendo al cien por cien el lado humano, todo lo que nos hace cada año volver a casa…por Navidad.

¡Aprovechad lo que os rodea y sentiros los más afortunados del mundo por poder vivir la Navidad. Esta Navidad. Sentidla!

¡Feliz Navidad

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